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jueves, 3 de noviembre de 2011

BILBAO MONTH DESIGN

Gracias una vez más al inquieto, incombustible y entrañable Juan Marchante he podido conocer a Piero Lissoni.

No voy a negar mi interés previo por conocerle personalmente ya que en una ocasión en Milán un amigo suyo intento contactar con él para que se uniera a nosotros en un picnic improvisado a ritmo de guitarra y buen rollo, Pero él se ve que estaba fuera de cobertura. Se lo perdió.

Hoy en cambio he visto a un hombre elegante en las formas y sobrio en los gestos con un cierto halo de discreta timidez que en la distancia corta se tornaba en coquetería picarona. Como un objeto suyo.

No soy mitómano ni muy fan de los personajes públicos pero si me atreví a pedirle una dedicatoria. Más que nada por sentir su cercanía.

Si hubiese sido un futbolista o un cantante hubiera paralizado el tráfico se hubiera aglomerado la gente, hubiera habido televisiones, fotógrafos y petardas entrevistadoras.

Nada de eso, una charla amigable, un impass en nuestra rutina, un vino y un compartir con gente cercana alguna broma..
Algo que sin duda anima a seguir disfrutando de la navegación aunque el mar este embravecido. Que ahora, según él, es cuándo se ve quien es hombre de mar y lleva un barco marinero.

Ciao. Grazie mille

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